DESAFÍOS DEL COMERCIO INTERNACIONAL
Héctor Casanueva
Para el 2050 habrá dos mil millones de personas
más en el mundo, las clases medias representarán el 30% del total global, el 80
% de la población mundial vivirá en zonas urbanas, el mayor crecimiento
demográfico se producirá en los países emergentes y menos desarrollados, y la
red internet, que ya utiliza cerca del 40% de la humanidad, crecerá hasta
cubrir el planeta. Satisfacer la demanda de alimentos y servicios de nueve mil
millones de personas, con una estructura poblacional y socioeconómica como
esta, solo es posible mediante el libre, suficiente, seguro, eficiente y
equitativo flujo comercial internacional.
Estos requerimientos involucran al comercio de
bienes y de servicios asociados, que al mismo tiempo necesita de un entorno
macroeconómico estable, con sustentabilidad ambiental. Los datos aportados, por
sí solos constituyen un referente y un horizonte para las decisiones
estratégicas que deben ser abordadas hoy tanto a escala nacional como global,
para las cuales las instituciones públicas, el sector privado y el sistema
internacional económico, financiero y comercial necesitan estar preparados. Ello
implica, tanto para la propia institucionalidad como para los países miembros, mirar
prospectivamente, adecuar la arquitectura de acuerdos y procedimientos a un
escenario de multidependencia ineludible, y gestionar el presente a partir de
escenarios de futuros deseables y posibles.
La Organización Mundial del Comercio,
instituida por el Acuerdo de Marrakech de 1994 y establecida el 1 de enero de
1995, es la más joven institución del orden económico internacional (entre otras
como el Banco Mundial, el FMI, la UNCTAD). Representa el sistema multilateral
de comercio del que participan 160 países (la más reciente integración ha sido,
en junio, la de la República de Yemen), y constituye asimismo el foro
multilateral que resguarda el cumplimiento de las reglas del comercio
internacional y donde se deben resolver las diferencias entre sus miembros.
La OMC lleva adelante desde el 2001, con la
llamada Ronda de Doha, un complejo proceso de negociaciones que, en mi opinión,
apunta en esta dirección de futuro. Si bien los países miembros no han logrado
cerrar los 21 temas del Programa de Desarrollo de Doha, que tienen por fin ampliar
y profundizar la apertura comercial multilateral que históricamente comenzó en
1947 con el GATT, la OMC en sus dos décadas ha ido incorporando al acervo
común, con mayor o menor amplitud y profundidad, nuevos temas, como las
telecomunicaciones, las nuevas tecnologías de la información, los servicios
financieros y algunos temas de propiedad intelectual relacionados con el
comercio, en un proceso constante de negociaciones y acuerdos bilaterales y
plurilaterales entre sus miembros.
El aporte de la OMC de alcance global más
significativo a la mayor apertura del comercio, el primero adoptado por todos
los miembros desde su creación, es el acuerdo alcanzado a nivel ministerial en
Indonesia el 7 de diciembre de 2013, conocido también como “Paquete de Bali”, que
comprende un acuerdo sobre facilitación del comercio, temas del comercio agrícola
y temas de desarrollo, incluida la situación de los países menos adelantados, cuyo
objeto es dar mayor agilidad a las operaciones del comercio de bienes, eliminar
barreras burocráticas, simplificar procedimientos y normas, remover obstáculos,
y a la vez apoyar la incorporación de los países menos adelantados a las
cadenas de valor. Se estima que la plena vigencia del acuerdo, que tomará aún
un tiempo en ser implementado por todos los miembros, tiene un potencial de
expansión comercial de largo plazo que podría contribuir a aumentar el PIB
mundial en más de US$ 960 mil millones anuales. Bali no sustituye ni menos aún
interrumpe la negociación global más amplia de la Ronda de Doha; más bien
constituye una reafirmación de la posibilidad de alcanzar multilateralmente
metas aún más ambiciosas como las contenidas en el Programa de Doha para el
Desarrollo.
¿Qué tiene que ver todo esto con Ud. como
trabajador, profesional, empresario y consumidor?
Prácticamente todo: la
generación de empleos, el incremento de los salarios reales, la calidad de los
productos y servicios, la seguridad de los alimentos que consumimos, los
mejoramientos en los servicios, el transporte, incluso la internacionalización
de la educación y la circulación de profesionales, entre otros, dependen de la
existencia de normas claras y seguras que protejan los intereses de los
consumidores, estimulen las exportaciones e importaciones, eliminen
distorsiones o barreras y produzcan equidad y fair play en el comercio internacional. Según ha informado el
Director General de la OMC, solo en términos de empleo la vigencia del acuerdo
de facilitación de comercio, un mandato de la Ministerial de Bali, podría
generar hasta 2 millones de nuevos puestos de trabajo, la mayoría en los países
de menor desarrollo.
Etiquetas: Acuerdos de Bali, Comercio Internacional, Economía Global, GATT, Globalización, Gobernanza mundial, OMC, Ronda de Doha
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