UNIÓN EUROPEA: LA COOPERACIÓN QUE VIENE
Héctor Casanueva
En el marco de su “Estrategia 2020”, la Comisión
Europea está alistando desde 2011 dos programas de cooperación intra y extra
comunitaria, que se pondrán en marcha en 2014, destinados a fortalecer la
competitividad, la productividad y el empleo al interior de la Unión Europea, pero
que contemplan también una dimensión internacional que puede ser muy
beneficiosa para América latina. Se trata de los programas “Horizonte 2020”, de
ciencia, tecnología, investigación e innovación; y el programa “Erasmus Plus”,
que concentrará todos los programas actuales de movilidad e intercambio de
estudiantes de educación superior dentro y fuera de la UE, ampliados además a
otras áreas y niveles de formación. El primero de ellos asignará hasta 80.000
millones de euros a investigación, más 2.800 millones a innovación y 2.500
millones a las Pymes; y el segundo 19.000 millones de euros en movilidad
mediante becas y apoyos financieros. Un esfuerzo contracíclico, que en plena
recesión aumenta casi en un 50% los fondos 2014-2020 destinados a estos
sectores.
Se trata, por tanto, de una agresiva apuesta
comunitaria destinada a dar sustento desde la educación superior y la innovación,
al objetivo central de la estrategia 2020, que busca posicionar una UE integralmente
competitiva en el mundo. La estrategia se basa en tres pilares: Uno,
crecimiento inteligente para el desarrollo de una economía basada en el
conocimiento y la innovación. Dos, crecimiento sostenible promoviendo una
economía más verde y competitiva. Tres, crecimiento integrador, fomentando una
economía con alto nivel de empleo, cohesión social y territorial. Para ello, se
fija unas metas ambiciosas -que a juzgar por el reciente acuerdo
inter-institucional entre el Consejo, la Comisión y el Parlamento Europeo podrá
contar con los medios necesarios- por las cuales al 2020 el 75 % de la
población de entre 20 y 64 años debería estar empleada; el 3 % del PIB de la UE
debería ser invertido en I+D; cumplido el objetivo «20/20/20» en materia de
clima y energía (incluido un incremento al 30 % de la reducción de emisiones);
el porcentaje de abandono escolar debería ser inferior al 10 %; al menos el 40
% de la generación más joven debería tener estudios superiores completos; y 20
millones menos de personas en riesgo de pobreza.
Para lograr estas metas, hay conciencia al interior de
la UE que no basta con una estrategia de puertas adentro, en un mundo
interdependiente en el que el viejo continente debe tener aliados permanentes y
socios que contribuyan al esfuerzo, porque la economía comunitaria depende en
muchos sectores del exterior –por ejemplo la UE es el primer importador mundial
de alimentos, y su matriz energética es también dependiente de su vecindario- ,
y porque la competitividad requiere de recursos humanos calificados capaces de
desempeñarse en un entorno global. De ahí que estos dos programas contemplan un
potente ámbito de cooperación internacional.
En efecto, H2020 integrará los Programas Marco de
Ciencia y Tecnología que se han aplicado ya en siete versiones en América
Latina para proyectos conjuntos entre universidades y centros de investigación
de ambas regiones, con el Programa de Competitividad e Innovación y el apoyo al
Instituto Europeo de Innovación y Tecnología. Todos estarán completamente
abiertos a la cooperación internacional y se establecerán asociaciones
especiales con países determinados en función de las prioridades de la estrategia
comunitaria, en áreas de mutuo interés, como cambio climático, nanotecnología,
seguridad alimentaria, innovación en las pymes, etc., todas estas de alto
interés para América latina.
Erasmus Plus, por su parte, integra al Erasmus
intracomunitario, con Erasmus Mundus, los programas Alfa, Tempus, Leonardo y
otros, ampliando su alcance a todos los países del mundo, para movilidad, proyectos
de cooperación universitaria y apoyo a políticas institucionales en educación
superior, tres ámbitos de especial interés para el mundo universitario
latinoamericano, como quedó patente en la Cumbre Académica ALC-UE realizada en
Santiago de Chile en enero de este año.
Más de 700 universidades de nuestra región han
participado en programas europeos de investigación, y más de 4.000 estudiantes
han realizado cursos en Europa. Ahora, con esta nueva cooperación europea, se
podrían triplicar estas cifras, y aumentar la posibilidad de acoger un número
considerable de jóvenes, investigadores y docentes europeos en nuestros países.
Asimismo, la vinculación universidad-investigación-empresa, especialmente con
las pymes se acrecienta. Las condiciones e instrumentos para participar en
estos dos programas están siendo definidos por la Comisión, y serán dados a
conocer probablemente hacia noviembre de este año.
Debemos estar atentos a ello, prepararnos y establecer
solidariamente una cooperación horizontal entre universidades, empresas y el
estado en nuestros países, que permita desarrollar
capacidades técnicas en materia de proyectos en la mayor cantidad posible de
instituciones para aprovechar estas oportunidades, y ampliar la cobertura, que
hasta el momento ha estado muy concentrada en pocas universidades, de unos
pocos países.
Etiquetas: ALC-UE, America latina, ciencia y tecnología, cooperación académica, Erasmus, Europa, Europa 2020, Horizonte 2020, innovación, relaciones eurolatinoamericanas, RELACIONES INTERNACIONALES, UNIVERSIDADES
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